Un grupo de estudiantes de 2º de bachillerato decidió celebrar el final de las pruebas de acceso a la universidad cambiando bolígrafos por mochilas y pusieron rumbo a la montaña. Ignorábamos que nos esperaban momentos de dimensión épica. Cedemos la pluma a dos de los protagonistas del viaje:
"¿Llevamos todas las
tiendas para dormir?", preguntó el guía de la expedición cuando arribamos
a la plataforma al atardecer. Ninguno sospechábamos en ese momento que no
serían necesarias esa noche.
Un arranque de ascenso
fatigado nos activó las piernas entumecidas por las tres horas y media de viaje
en coche. Cogimos ritmo y avanzamos alegres hacia nuestro destino.
Las nubes nos sobrevolaban
con una facilidad que contrastaba con nuestros esforzados pasos, dibujando
figuras en el lienzo celeste que no podíamos apreciar, concentrada como estaba
nuestra mirada en las piedras del camino. Tal vez por eso se enfadaron.
Reunieron fuerzas y lanzaron un solitario grito de guerra. Ingenuos seguimos
avanzando. ¿Qué otra cosa podíamos hacer?
Y en nuestro descenso a la
laguna, las nubes emularon a sus antecesoras de la época de Noé, convirtiendo
la senda en arroyo y nuestros cuerpos en esponjas. El Sol se despidió hasta la
mañana siguiente, y si sobraban tiendas, faltaban luces que iluminaran el cauce
que transitaban nuestras empapadas botas. ¿Quién no acobardaría en semejante
situación? Pues un grupo de jóvenes (algunos de espíritu) conocedores de que en
compañía podemos afrontar las dificultades.
Un refugio
somnoliento por lo tardío de la hora nos acogió con los brazos abiertos.
Silenciosos, nos secamos hasta donde se pudo. Aún recuerdo nuestros ojos
iluminados por lo vivido, nuestros rostros cansados, pero ni una sola queja.
¡Eso sí que fue toda una experiencia!
Antonio Cabeza
Tras una larga hazaña a lo
largo del año, el científico y explorador Luis Leza, decidió reclutar a sus
hombres más afines y valerosos junto a sus camaradas Antonio Cabeza y Paco
Moreno en búsqueda de una expedición, con el objetivo de conseguir un hito en la
historia de la exploración: la conquista del Almanzor.
Hubo que abrirse camino
ante las adversidades imprevistas de la meteorología, la situación se convirtió
en una lucha entre el hombre y la naturaleza; el rumbo tuvo que ser cambiado a
favor de las peticiones de la tripulación que, aunque agotados, seguían
ilusionados: habían sido capaces de sobrevivir a la tempestad, dejando leves
secuelas que poca trascendencia tendrían.
Entre la tripulación se
encontraba un fotógrafo, aportando a nuestros días una obra de extraordinario
valor documental que será un legado para la posteridad.
Por su parte, muchos de los
pequeños marineros de agua dulce, parecían tener un don para expresar sus
sentimientos mediante la literatura, haciendo referencias a poetas de renombre
y utilizando vocablos tradicionales y cotidianos, basados en la aventura, el
hombre y la relación con la naturaleza y la expresión de sus sentimientos.
Siendo un arma para revivir la nostalgia ante un futuro lleno de incertidumbre.
He aquí unas odas
encontradas de un miembro anónimo que refleja la odisea acaecida:
"¡Ah viajero!
no
eran las nubes que tormenta avecinaban
ni la noche la cual desorientaba,
nada
que ver con los prudentes sapos, peligrosos para quien los tuviera a su paso
ni
las cabras escoltando desde la más recóndita montaña el paso de pequeños
temerarios envueltos entre plásticos
sino tú mismo con tus muchas vidas."
"La travesía era navegada bajo el mar de la incertidumbre
El ansia por poder llegar, cambiado por el querer sobrevivir
Con un único apoyo de los semejantes
La mayor tempestad, la que la mente pueda crear
Amparados por el temor a que el cielo
se cayese sobre nuestras cabezas."
Diego Castaño
¡Homérico!
ResponderEliminarMagnífico relato y seguro increíble experiencia que deja su huella en el espíritu de resiliencia y superación. Bravo mis valentes grumetes
ResponderEliminarNo hay comienzos fáciles ni objetivos que no ayuden a continuar hasta el final. Esta experiencia es vuestra nueva etapa universitaria, supercondensada. Mi gratitud por compartirla con nosotros.
ResponderEliminarCada logro, sea grande o pequeño, tiene etapas de dificultad, sufrimiento...y de triunfo; un comienzo, una lucha, una victoria.
ResponderEliminarQuédate con quien te acompaña a la montaña...
Enhorabuena a todos. Un abrazo.
Leonardo.